¿Sabías que la fiesta de Halloween no tiene su origen en los Estados Unidos sino aquí en Europa? Pues sí, sus raíces llegan hasta la cultura celta, una civilización anterior a los romanos que se extendía por la casi totalidad del continente europeo, incluida la Península Ibérica.
Mapa con los diferentes pueblos celtas. Nuestros antepasados celtas fueron los celtíberos.
Lo que hoy conocemos como Halloween nació hace más de 3.000 años cuando algunos grupos celtas, principalmente los que habitaban las Islas Británicas, celebraban una fiesta llamada Samhain el primer día de noviembre ya que dicho día marcaba para ellos el comienzo de un nuevo año pues empezaba el mal tiempo y acababan de recoger la cosecha. Se le llamó así porque lo que ahora es nuestro mes de noviembre para ellos era el mes de Samonis, que en lengua celta significa reunión, y con el tiempo los dialectos de las tribus celtas del noroeste acabaron llamándolo Samhain haciéndolo significar también final del verano. Por ello, se trató al mismo tiempo de una fiesta de celebración, de reunión y de prevención pero, sobre todo, era una festividad relacionada con lo sagrado y con el aire.
Se celebraba que se había recogido la cosecha y por ello se daba gracias. Igualmente, según la mitología celta, ese primer día del año se producía la unión entre dos de sus principales dioses: el dios patrón de la tribu y señor de la guerra con la diosa del inframundo, la primavera y la luna. Para nuestros antepasados celtíberos sus nombres eran Endovellico y Ataecina pero seguro que a él lo reconoceréis mucho mejor si os digo que los galos lo llamaban Teutates o Tutatis. Los que leáis cómics de Asterix seguro que os suena bastante, cómics que por cierto podéis disfrutar en nuestra biblioteca escolar La Ciudad de los Libros.
Representación de los dioses celtíberos Ataecina y Endovellico.
En el Samhain los celtas, además de dar gracias por la cosecha, despedían el periodo de buen tiempo y daban la bienvenida al nuevo año que comenzaba con la llegada del invierno. Eran momentos donde, gracias a esa unión de los mencionados dioses y motivado por la oscuridad y frío propios del invierno, los espíritus podían retornar a la tierra. Los celtas preparaban alimentos no solo para consumir ellos mismos sino para ofrecerlos en sacrificio a los espíritus de sus familiares y a cualquier otro que se encontrase en el lugar mientras que empleaban pieles de animales para ahuyentar a los malos espíritus que pudiesen ser dañinos de modo que ya ellos, de modo que los celtas ya se disfrazaban aunque ellos no iban casa por casa con eso de ¡Truco o Trato! sino que evitaban ser reconocidos por los malos espíritus y alejarlos.
Cuando los romanos conquistaron a los pueblos celtas sumaron algunas de sus costumbres y hábitos a su propia civilización, como por ejemplo el uso de los pantalones. En lo tocante a las festividades, los romanos celebraban también una fiesta de la cosecha dedicada a la diosa Pomona a final de octubre y principios de noviembre de modo que se unieron ambas celebraciones. Precisamente en la festividad romana se empleaban manzanas, lo que puede ser el origen de que en Halloween se empleen actualmente, incluyendo las deliciosas manzanas caramelizadas recubiertas de chocolate ¡Mmm que ricaaas!
Una vez que el cristianismo se convirtió en la religión oficial del imperio romano no tardaron los cristianos en colocar su festividad dedicada a los difuntos coincidente con la de los pueblos prerromanos ya que lo mejor para que una festividad siga contando con el seguimiento de los habitante de un lugar es cambiarle el nombre o el dios pero no el hecho de seguir celebrando lo que siempre se ha celebrado en esas fechas del año. De modo que los cristianos decidieron recolocar su festividad en recuerdo de los difuntos en el primer día de noviembre para que coincidiera con la fecha en la que se venía celebrando dicha comunión con el inframundo desde hacía siglos en Europa.
Durante el siglo XIX hubo mucha emigración europea a Estados Unidos. Buena parte de los emigrantes fueron irlandeses empobrecidos por culpa de la Gran Hambruna que sufrieron los habitantes de la isla ante la escasez de patatas, básica para la alimentación de la población. Muchos irlandeses decidieron marchar en busca de mejores condiciones de vida al otro lado del Atlántico y llevaron con ellos sus tradiciones y festividades, incluyendo las de origen celta. Así fue como llegó a Estados Unidos la celebración de la All Hallow's Eve o Víspera de Todos los Santos, de donde ha derivado a Halloween. Poco a poco se le fueron añadiendo cosas, como la tradición de vaciar calabazas dándoles forma de rostro iluminado desde dentro por una vela o el que los niños comenzasen a pedir dulces por las casas.
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